Es un libro que a nivel personal me ha gustado bastante... Ha
sabido tocar la fibra sensible que tengo con respecto a algunas
cuestiones. Podría empezar con el éxodo de niños durante la Guerra Civil
(o Guerra Nacional Revolucionaria si abandonamos posturas liberales);
recuerdo que acá en Gran Canaria se dio una charla sobre los niños
exiliados a la Unión Soviética durante la Guerra Civil, ese periodo de
adaptación, de tener que abandonar la casa, el barrio donde uno se crió.
Por otro lado algunos pasajes de la vida personal de Robert Mussche y
su amigo Hermann en los cuales he encontrado cierto consuelo por
situaciones personales. Luego los campos de tortura, la deshumanización
de los prisioneros por parte de los fascistas.
Siento el libro como un tributo a todos esos héroes anónimos que dieron su vida por un mundo mejor y a todos esos niños que tuvieron que exiliarse de la barbarie franquista, encarnados en las figuras de Robert y Karmentxu.
Siento el libro como un tributo a todos esos héroes anónimos que dieron su vida por un mundo mejor y a todos esos niños que tuvieron que exiliarse de la barbarie franquista, encarnados en las figuras de Robert y Karmentxu.
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